La defensa de 6:0 apareció cuando los jugadores de balonmano comenzaron a ser más corpulentos. Su primera denominación fue la de defensa “muro”, ya que es una defensa que cierra muy bien y que solo deja huecos por los laterales. Se intenta dejar los mínimos huecos posibles, y dirigir el juego rival hacia los laterales del campo.
En un 6:0 no existe ningún tipo de salida a los jugadores atacantes como sí que existía en el 5:1, puesto que los seis defensas se sitúan en la primera y única línea defensiva. Es una defensa que se cierra mucho y evita que el pivote, en caso que lo haya, tenga posibilidad de jugar. Al principio, cuando se comenzó a utilizar esta defensa, los jugadores se situaban en los 6 metros, pero con el paso de los años, la defensa del 6:0 han salido incluso a defender hasta los 8-9 metros. Con ello se consigue que los lanzamientos del equipo contrario se realicen desde una distancia más lejana, disminuyendo así la posibilidad de que nos anoten un gol.
En esta defensa, los desplazamientos de los jugadores son horizontales y laterales. La defensa se divide en 6 zonas defensivas. En las zonas 2 3 4 y 5 hay un mínimo de tres defensores por atacante y en las zonas 1 y 6 un mínimo de dos defensores por atacantes. Como se puede apreciar en el gráfico cuando hay un jugador con balón, su par está atento a sus movimientos a la vez que los dos compañeros defensores inmediatos también modifican su posición centrando parte de su atención en el jugador con balón. En cambio, en los laterales, que en principio son las zonas con menos peligro, solo dos jugadores defensas cubrirán la zona del jugador atacante.
Existen dos formas de plantear el 6:0 respecto al equipo atacantes: la primera de ellas es defensa 6:0 en línea de tiro, donde el defensa se coloca justo enfrente del balón para poder cortar el lanzamiento del jugador atacante y la segunda formas es la clásica o tradicional, donde el defensa se coloca enfrente del jugador atacante para poder controlar perfectamente sus movimientos y dar la respuesta adecuada en función de éstos.
Si defendemos a un pivote, siempre lo haremos por delante de éste para así cortar todas las posibilidades de recepcionar un pase. Si el pivote recibe la pelota, fácilmente se dará la vuelta y lanzará a puerta. Si nos gana la posición, no habiendo recibido el balón de un compañero, intentaremos cortar la línea de pase para que no reciba. Los demás defensas, en el 6:0 siempre defenderán con los brazos en alto. En el 6:0 los extremos nunca saldrán a cubrir a su par, salvo que este sea muy bueno.