Cuando somos profesores de educación física, y tenemos unidades didácticas como la de balonmano… ¿qué buscamos conseguir con ella? ¿Alumnos que sean buenos técnicamente o alumnos que aprendan del balonmano ciertos valores?
Es una cuestión que seguramente tenga una fácil respuesta.
Muchos de nosotros responderíamos, sin dudarlo, que lo mejor es que se aprendan
valores a través del deporte, pero ¿cómo son en realidad nuestras unidades
didácticas?
Con la que yo propongo creo que consigo que mis alumnos,
aprendan tanto elementos técnicos (nunca olvidemos que estamos enseñando un
deporte) como valores que van a ir adquiriendo gracias al desarrollo de las
sesiones.
Mientras los alumnos practican elementos de balonmano como
el pase, el lanzamiento o la recepción, están jugando continuamente con sus
compañeros, respetando a los iguales y comprendiendo que hay unas normas que cumplir.
Además, las actividades lúdicas propuestas mantienen la motivación de los alumnos
en constante crecimiento.
Pero lo cierto, es que reconozco que no es una unidad didáctica
perfecta, porque todo se puede mejorar, pero solo con la experiencia del día a
día seremos capaces de modificar ciertos puntos en nuestras sesiones que no
harán acercarnos, cada vez más, a la perfección.
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